Budapest, la perla del Danubio

Budapest, capital de Hungría, es una ciudad llena de contrastes que no deja indiferente a quienes la visitan. Y si se trata de un viaje en familia, las sorpresas que encierra su bello entorno se multiplican. Viajar con niños a Budapest es descubrir no solamente su imponente belleza, en contraste con la zona industrial, sino vivir divertidas aventuras visitando el mítico jardín botánico, conociendo uno de los zoológicos más antiguos que existen o navegando por el mítico Danubio hasta la isla que posee la ciudad. Toda una experiencia que merece la pena vivir con vuestros hijos. La puerta de entrada de Hungría es para la mayoría de los viajeros Budapest, una de las ciudades más bellas de Europa, cuyo centro histórico junto al Danubio fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Suele decirse que el Danubio, el gran río que atraviesa Europa, divide Budapest en dos partes que son las que dan nombre a la ciudad: Buda y Pest. Pero la realidad es otra muy distinta. El Danubio une las dos antiguas ciudades formando una sola. Es ese río prodigioso el que da sentido a la capital húngara, el que permite apreciar la fusión de las dos partes de la ciudad y el que la otorga ese ambiente romántico. Buda es la zona montañosa y la ciudad antigua, mientras que Pest es la zona más llana y moderna. Ambas partes constituyen una única y encantadora ciudad que a pesar del daño sufrido durante la II Guerra Mundial todavía conserva su encanto. Años de reconstrucción y de grandes esfuerzos han conseguido devolver a la ciudad su esplendor de antaño. Buda y Pest se comunican gracias a ocho elegantes puentes, algunos de ellos auténticos símbolos de la ciudad. Por doquier se pueden descubrir emblemas de la historia de la ciudad como algunos elementos arquitectónicos y decorativos que coronan sus principales monumentos: los cuervos del Castillo, símbolo de Matías Corvino, el águila imperial de Francisco José o el pájaro turul que corona el Puente de la Libertad, símbolo de los árpád.

Día 1. España - Budapest

Comienzan vuestra vacaciones con niños con la salida en vuelo con destino Budapest. Llegada, recepción y traslado con asistencia al alojamiento. Carta de bienvenida con nuestras sugerencias para hacer más cómodo tu viaje familiar. Los que conocen bien la ciudad advierten a los visitantes que la mejor forma de apreciar su dimensión y belleza es admirar Pest desde las colinas de Buda, y de igual forma contemplar Buda a la sombra del gigantesco Parlamento de Pest. Es la mejor manera de valorar las grandes proporciones de la ciudad y localizar los edificios más destacados que se quieran visitar. Alojamiento.

Día 2. Budapest

Desayuno. Visita de la ciudad en autobús Hop On/Hop Off. Disfruta de las bellezas de Budapest con audio-guía en castellano en un autobús parcialmente abierto. Puedes bajar y volver a subir en diferentes puntos de la ciudad, a tu elección. Disfruta de la visita a tu aire y no te pierdas algunos de los puntos turísticos más importantes como el Parlamento, el Museo de Etnografía, la plaza de los Héroes, el Museo de Bellas Artes, el Castillo de Vajadahunyad, el baño termal Szechenyi, el Castillo Real, la Iglesia Matías, el Bastión de los Pescadores y la Ciudadela. Por la tarde entrada para la Budapest Eye, disfruta de la ciudad desde las alturas. Alojamiento.

Día 3. Budapest

Desayuno. Excursión en barco a la Isla Margarita (Margitsziget) con una consumición a bordo, audio-guía en castellano en el barco sobre los monumentos que se van viendo a orillas del Danubio. Tarde libre. Por la tarde podremos seguir conociendo la capital húngara, visitando los Montes de Buda en el tren de los niños (entrada incluida).

Día 4. Budapest - Zoológico y Jardín Botánico

Desayuno. Visita al Zoológico y Jardín Botánico de Budapest, el parque zoológico más antiguo de Hungría y uno de los más viejos del mundo Por la tarde, dependiente de la climatología y las fechas les recomendamos patinar sobre hielo en el Parque Municipal. El zoológico de Budapest, fundado en 1866 es el más importante de Hungría y uno de los más antiguos del mundo, siendo además uno de los más grandes de Europa. Supone una de las grandes atracciones de esta ciudad. Actualmente es propiedad del Estado. Dispone de una gran reserva de animales en recintos que intentan, dentro de lo posible, reproducir su hábitat natural. Destaca un gran terrario de serpientes, un espectacular aviario y su acuario marino. Además de las especies de animales que se pueden observar, cabe destacar las obras arquitectónicas que se pueden admirar en el recinto, como la Casa de los Elefantes. El Jardín Botánico de Budapest abarca una extensión de tres hectáreas que preservan casi siete mil especies de plantas. Data del siglo XVI, lo que le convierte en el más antiguo de Hungría. Destacan su colección de cactus, orquídeas y flores tropicales, llamativas en un clima europeo como el de Budapest. En invierno, los arbustos subtropicales que florecen en esa estación son increíblemente hermosos. Todo esto, junto a su colección de plantas insectívoras – lo que más llama la atención a los niños – lo convierten en un aliciente turístico muy atractivo durante vuestro viaje en familia.

Día 5. Budapest - España

Desayuno. En función del horario del vuelo, tiempo libre para para visitas o compras de última hora. Traslado al aeropuerto para tomar vuelo de regreso a España. Llegada.

La tradición y la cultura popular constituye en Hungría uno de sus mayores tesoros. A diferencia de otros países que han entrado de lleno en la modernidad y en la globalización, olvidando sus raíces, Hungría se esfuerza por incorporarse a las naciones pujantes del viejo continente pero preservando sus esencias, conservándolas y estimulándolas. Así se explica, por ejemplo, que en pocos países del mundo exista tal riqueza de bailes populares, que las manifestaciones de la artesanía sean tan dispares o que el calendario de fiestas, festejos y celebraciones ocupe todo el año. Como todas las manifestaciones artísticas, la cultura popular ha sufrido diferentes influencias desde su aparición en los primeros tiempos de la nación magiar, allá por el siglo XI, sobre todo en el Renacimiento y Barroco. A partir del siglo XIX puede hablarse de un cierto estilo campesino homogéneo que se manifiesta en todos los aspectos de la vida rural: vestidos, vivienda, tejidos, cerámica...