Albania, secreto balcánico[COMPLETO]

Albania es un país tranquilo y hospitalario, quizás… el secreto mejor guardado de los Balcanes. La historia de Albania es la historia de Europa, representada aún hoy en testimonios arqueológicos, históricos y culturales de la época griega, romana, bizantina, eslava, veneciana y otomana. Sorprenden lugares Patrimonio de la Humanidad en Albania: La ciudad museo de Gjirokaster, la deslumbrante Berat, la isopolifonía popular albanesa – Patrimonio inmaterial de Unesco. Las Iglesias y Monasterios de Albania invitan a un tour con temática histórica. A través de ellos se descubre la encrucijada balcánica donde han convivido varias civilizaciones y religiones, desde la ortodoxa bizantina al islam otomano. Los numerosos castillos y fortalezas presentes en la fisonomía de Albania son sin duda la constatación de tiempos más bélicos en los Balcanes.

Dos terceras partes de Albania tienen una geografía montañosa, lo que explica el verdor que caracteriza al país. Las montañas, lagos y playas son sin duda uno de los atractivos para los viajeros que busquen estar en contacto con la naturaleza. La costa de Albania, dividida en la que está bañada por el Mar Adriático y la del Jónico, cuenta con playas de aguas transparentes a lo largo de 427 km de litoral.

Albania no es un destino para el viajero que no se adapte a los contratiempos y los cambios de programa. Solo quien esté dispuesto a renunciar a la normalidad que se prepare, porque sin duda es uno de los pocos lugares de Europa donde un viaje familiar aún se puede transformar en una aventura. Albania parece un mosaico lleno de contrastes, de mil colores diferentes que combinan reflejando la belleza. Durante el viaje podrías ver iglesias bizantinas con frescos y mezquitas desnudas, tekke bekta-shíes pintadas y casas otomanas de un blanco sincero, enormes kombinat y pequeños búnkeres. Albania es como un gran museo al aire libre que expone obras curiosas y magníficas estructuras, protegido por montañas inaccesibles y por un mar de un azul como nunca antes se ha visto y que puedes disfrutar al máximo, ya que el descubrimiento más sorprendente en un viaje familiar por Albania es su costa: 400 km en los que la arena del Adriático se funde con las piedras de las playas jónicas.