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Cuando decidimos viajar con niños debemos tener en cuenta algunas recomendaciones, tal vez la principal es «disfrutar de los niños». Es importante que todas las partes de la familia que viajen puedan pasarlo bien y descansar, pero para que las vacaciones familiares sean un éxito emocional, tenemos que ser capaces de cambiar nuestros ritmos habituales y adaptar nuestras rutinas a los niños, disfrutándolos, jugando, hablando, sin agobios ni prisas. Un viaje familiar es una gran aventura, pero sobre todo es una oportunidad para disfrutar de los niños. Durante el año, entre la escuela y el trabajo, las familias tienen poco tiempo para disfrutar juntos en el día a día. Las vacaciones en familia servirán para conocernos mejor y estar más unidos, hacer actividades todos juntos o meramente, dejar que el tiempo pase mientras jugamos a divertidos juegos. Ahondar en el conocimiento de nuestros hijos, compartiendo recuerdos imborrables, es quizá lo más bello que nos vamos a llevar de cualquier viaje con niños.

La importancia de una planificación correcta en un viaje con niños. La selección del destino debería ser consensuada por toda la unidad familiar según sus intereses turísticos, aunque serán los adultos quienes tengan el criterio de más peso. Si éste es vuestro primer viaje con niños, planificar un ritmo más lento de lo que normalmente podríais realizar si viajarais solo con adultos. Debéis ser realistas sobre el aprovechamiento del tiempo y planificar un viaje sin demasiado estrés, siendo aconsejable dejar días libres para descansar. Si viajáis con otra familia o con otros adultos, debéis meditar los tiempos y la planificación del viaje de tal forma que os permita cierta confianza familiar y un reparto de tareas interesante, sobre todo para los niños.

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Si vuestros hijos tienen necesidades médicas especiales, puede ser útil informarse en foros y hablar con otros padres cuyos hijos tengan condiciones parecidas y que os puedan ofrecer consejos útiles para un viaje familiar. Podría ser interesante conseguir una pulsera de identidad que contenga los detalles de la condición médica de vuestro hijo, el tratamiento y el nombre de su médico, muy útil en caso de emergencias. Si vais fuera de España, consultar a vuestro médico con mucha antelación, incluso antes de plantearos reservar el viaje en familia. Sería aconsejable obtener una tarjeta con los grupos sanguíneos y registros de vacunación. Debéis extremar las precauciones si vuestro hijo tiene una condición médica que pudiera implicar algún riesgo y sería aconsejable, obtener información de especialistas en el destino que pudieran atender al menor en caso de alguna urgencia. Del mismo modo, si el niño tuviera intolerancias o alergias, es posible que deseéis viajar con una tarjeta que especifique, en el idioma de vuestro destino, lo que les produce alergia, su alcance y el tratamiento médico específico. Deberéis tener especial cuidado en la elección de vuestro destino y las condiciones sanitarias. Consultad las recomendaciones del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Si habéis elegido disfrutar de vuestras vacaciones familiares en un hotel, comprobar siempre las ofertas especiales de familia, descuentos y gratuidades para los niños que ofrecen la gran mayoría de cadenas hoteleras nacionales e internacionales. Una guardería supervisada, así como un club infantil pueden sonar bien, pero puede significar poco más que un montón de niños agrupados delante de un televisor, mientras que un auxiliar les vigila más o menos atentamente. Preguntar por los detalles concretos del miniclub, programación, edades de los niños y todos los detalles que consideréis necesario antes de hacer vuestra reserva.

Algunos destinos requieren visados y si esto es así, será un requisito tanto para los adultos como para los niños. Si vuestro país de destino cobrase una tasa de entrada, debéis informaros antes del precio de esta. En cualquier caso, es fundamental estar en posesión de documentos de identidad vigentes, incluso existe una serie de casos en los que puede que tengáis que llevar una documentación adicional cuando se viaja con niños. Si el menor viaja solamente con el padre o la madre, es posible que os soliciten una prueba del consentimiento del otro progenitor. En cualquier caso, el DNI en vigor o el pasaporte, son los documentos necesarios tanto para adultos como para niños.

En las semanas previas al viaje familiar, podríais explorar mapas, investigar la historia, la geografía, la fauna y flora de vuestro destino. Os recomendamos leer libros o ver una película grabada en ese país. No estaría de más, probar la cocina en algún restaurante del destino en vuestra ciudad.

Viajando con bebés. Si, por las necesidades específicas a la hora de viajar con bebés, veis que es probable que vayáis con un equipaje muy voluminoso, lo mejor será facturar los carritos o sillas que vayáis a utilizar en destino, o incluso, enviarlos anticipadamente con una empresa de transportes. Hay que consultar las tasas de facturación de la compañía aérea con la que voláis en el primero de los casos. Los capazos son excelentes para los bebés pequeños a la hora de facilitar el viaje del bebé, tanto si están despiertos como cuando quieren dormir en el hotel. Una cuna de viaje plegable también puede ser una buena idea. Claro que, a la hora de reservar el hotel, lo más cómodo es asegurarse que pueden instalar una cuna para bebés y que ésta será cómoda y segura para vuestro hijo. Llevar a los bebés en una mochila, sobre nuestro pecho, es una opción muy común, ya que ambas manos quedan libres y podemos vigilar en todo momento a nuestro hijo. Estas mochilas son la opción perfecta para viajar con niños: son cómodas, prácticas y se pliegan fácilmente. Son adecuadas para bebés de más de una semana, de un mínimo de 53 cm de altura y un peso superior a 3,5 kg, y las mejores tienen tirantes anchos que distribuyen el peso, son lavables a máquina y tienen un apoyo para la espalda o en el cuello del bebé.

La silla de paseo, incluso si el niño ya camina, es muy útil durante las excursiones que realicéis. Debéis optar por una cuyo respaldo se pliegue, para así disponer de una cama improvisada cuando el niño se duerma. Si prevéis un destino de tipo rural, con los recorridos abruptos, sería aconsejable invertir en una versión todo terreno. Si vuestro hijo todavía gatea, una forma de mantenerle razonablemente limpio es llevar una mantita o plástico para que pueda estar a sus anchas mientras hay que esperar en un aeropuerto o comer en un restaurante. Si necesitáis, por ser vuestro hijo aún un bebé, esterilizar biberones, chupetes u otros utensilios, lo mejor es llevar durante vuestro viaje familiar un esterilizador portátil a vapor. Para esterilizar objetos pequeños, por ejemplo, los muñecos o juguetes de dentición – podéis utilizar pastillas purificadoras en un contenedor hermético con tapa de rosca. Si vuestro hijo aún toma biberón, podéis llevar un par de recambios ya llenos de agua, ya que luego con calentar la misma (en un microondas del aeropuerto o en restaurantes) y mezclar con la leche en polvo, tendréis solucionado el tema de la toma del bebé. La lactancia materna en un destino desconocido puede ser una preocupación, y vale la pena hacer algunas investigaciones sobre las actitudes locales hacia la alimentación en público antes de ir. En los aeropuertos, hay que preguntar por el área de lactancia. En caso de dudas en el lugar de destino, los centros comerciales suelen tener también un área de este tipo.

Viajar con niños en avión. Si pertenecéis al club de pasajeros frecuentes de la compañía aérea con la que viajáis, podéis tener derecho a utilizar una sala de espera privada, con cómodas instalaciones para dejar el equipaje de mano, asientos, bebidas y aperitivos gratuitos, televisión y baños con todo tipo de comodidades, todos ellos servicios que se agradecen especialmente cuando se viaja con niños. Si aún no sois miembros, a menudo se pueden utilizar los salones comprando un pase especial para un día.

Os recomendamos consultar las restricciones sobre el equipaje de mano antes de viajar con niños y las regulaciones relacionadas con el transporte de líquidos, geles y cremas, que incluyen los alimentos para bebés, bebidas y crema de pañal. Las instrucciones estándar indican que no se deben llevar más de 100 ml de un artículo unitario, aunque las excepciones se hacen generalmente para los medicamentos esenciales y suministros para los niños menores de dos años. También se pueden llevar líquidos (generalmente hasta 200 ml) si hablamos de la leche y las bebidas para el niño, siempre y cuando estos se envasen en botellas y recipientes herméticos. También hay límites respecto a las comidas para bebés, algo conveniente de averiguar antes de viajar con niños. Hay que ser agradable con los pasajeros de los asientos vecinos; estarán más dispuestos a soportar el llanto de vuestro niño y vuestras frecuentes visitas a los servicios.

La baja humedad del aire de la cabina puede provocar deshidratación leve, así como sequedad e irritación en las fosas nasales, por lo que es importante que los niños beban regularmente. Si alguien tiene dificultades para respirar por esta sequedad, es necesario hidratar el interior de sus fosas nasales con un dedo mojado en agua: esto es un remedio infalible. Los niños, debido a la diferencia de presión, pudieran tener molestias también en los oídos. Para evitar esto, conviene masajear los oídos del niño desde atrás y dar a los lóbulos de las orejas unos cuantos tirones suaves de vez en cuando. A los niños pequeños también les resulta útil chupar algo o tomar un vaso de agua durante el despegue y el aterrizaje.

Viajar con niños en autobús o en tren. Al reservar los pasajes, conviene siempre pedir las tarifas especiales para familias y para menores. En muchos casos, una tarjeta familiar reduce el coste de los billetes ordinarios de una forma muy ventajosa. Estas ventajas suelen limitarse a viajar en familia fuera de las horas punta. Si viajáis con más de un hijo y necesitáis espacio para que jueguen, es una buena idea comprar una “tarifa mesa” (por ejemplo, en el AVE) incluso cuando esto significa adquirir un billete de más. Esto puede parecer elitista, pero que compartan un vagón lleno, puede ser una experiencia estresante cuando estáis con los niños pequeños y las tarifas de ese tipo salen más baratas que las normales, por lo que la diferencia de precio compensa.

Viajar en coche. Hay que tener en cuenta, a la hora de alquilar un coche, que tenéis que llevar las sillitas para niños reglamentarias y acordes con la estatura y peso de los pequeños. Si vais a usar el asiento en varios coches diferentes – los taxis, por ejemplo – habría que llevar una silla universal que funcione con todo tipo de cinturones de seguridad. Para obtener directrices generales e información sobre la seguridad a la hora de llevar niños en los coches, podéis consultar en la web de la Dirección General de Tráfico. Los retrovisores de vigilancia interior os permiten mantener vigilados a los niños sin tener que dar la vuelta, y son particularmente útiles si estáis conduciendo sin otro adulto. Son fáciles de conseguir en tiendas de accesorios de coches o por venta on-line. Otro tipo de accesorios que pudieran entretener a los niños, como cargadores de películas DVD para automóviles (a través del encendedor) ayudan a que los niños pasen un viaje familiar distraídos y sin ponerse nerviosos. Si el conductor se pudiera distraer por el sonido del vídeo, existen auriculares para los niños que son muy útiles para evitar molestias al conductor. Si el niño no se marea, un libro adecuado a su edad sería otra opción interesante, así como un juego de mesa de viaje si comparte espacio con más niños.

Aspectos referentes a la seguridad y a la salud durante los viajes con niños. Si vuestro destino es una zona calurosa, debéis elegir ropa hecha de fibras naturales, ya que el sudor irrita las pieles delicadas y puede generar sarpullidos y picores. Habrá que cambiar al bebé hasta tres veces al día, sobre todo si no está acostumbrado al calor y suda mucho. Los niños necesitarán dos juegos de ropa por día, y hay que prever esto a la hora de preparar el equipaje. Del mismo modo, no hay que pasar por alto el hecho de que los ojos de los niños son más vulnerables a la luz solar que los de los adultos, por lo que disponer de gafas homologadas de sol para ellos será de mucha utilidad.

También hay que interesarse por conocer si en el lugar de destino el agua del grifo es potable, ya que en caso contrario habrá que hervirla, filtrarla o esterilizarla, o comprar agua embotellada. Si vais a usar agua embotellada, lo mejor es buscar una marca con el menor contenido mineral posible. Es importantísimo, en caso de agua no potable, asegurarse de que los niños no beben del grifo incluso cuando se cepillen los dientes. Mantener una botella de agua potable a mano, en el baño, es una garantía de que se enjuaguen con agua adecuada.

Cuando salgáis a comer en los países con bajos niveles de saneamiento e higiene, siempre conviene hacerlo en lugares concurridos, donde el volumen de ventas de los alimentos será rápido y evitar buffet (se evitará consumir alimentos que estén acumulados durante días). Cuando comáis en restaurantes, si la vajilla o cubertería están mojadas, recomendamos secarlas con un paño limpio. Hay que revisar que las botellas y las latas están sin abrir antes de entregarlas a los niños o, mejor aún, utilizar pajitas para las bebidas. También es preferible no consumir hielo o ensaladas, puesto que el agua de lavado de las hortalizas puede no ser el adecuado.

Habrá que llevar un antihistamínico de venta sin receta, por si surge un resfriado o picores de tipo alérgico. Tampoco viene mal una pomada para las posibles alergias o intolerancias en la dermis. Alternativas naturales, como miel, zumo de limón o agua con anís son ideas estupendas para irritaciones de garganta, estornudos o dolor de tripa.

Los niños son particularmente propensos a la deshidratación, sobre todo porque no beben a menos que sientan sed. Si es un bebé y se alimenta exclusivamente con leche materna, es conveniente darles la toma a las horas de más calor, para que la producción de leche esté un poco diluida, pero si las temperaturas son muy altas y no tiene suficiente leche, habrá que darle también un poco de agua para beber. Habrá que vigilar la orina de los pequeños, puesto que si se oscurece o si es más densa de lo habitual, es sintomático de que necesitarán beber más líquidos. El estreñimiento puede ser causado por la deshidratación o cambios en la dieta. Por esta razón hay que insistir en que beban lo suficiente. En caso de estreñimiento, un masaje en la barriguita, con aceites adecuados para la piel de los pequeños, les puede ayudar y aliviar este malestar.

La mayoría de los hoteles no proporcionan mosquiteros para cunas, así que tendréis que llevar el vuestro propio. La forma más fácil de proteger a los bebés de las picaduras de insectos (aparte de mosquiteros), es ponerle cosidos a una manga – en una zona donde no puedan alcanzar con la boca – una pequeña bolsa con algodón impregnado en repelente de insectos. Para las distintas excursiones durante vuestras vacaciones familiares con más gente, no olvidéis designar un punto de encuentro, por si alguien se separase eventualmente del grupo porque así lo desee o por si, debido a que sea un sitio muy frecuentado, pueda despistarse en medio de la gente.

Estancia en hoteles. La mayoría del alojamiento turístico no está particularmente adaptado a los niños, así que una vez que os hayáis registrado, es probable que tengáis que hacer algunas adaptaciones. Lo primero es comprobar las cerraduras en las puertas y ventanas para asegurarse de que la habitación es segura. Comprobar la robustez de los accesorios – balcones y barandillas – y si parecen estar mal anclados, tendréis que pedir el cambio de habitación de inmediato. También hay que asegurarse de que los toalleros, cortinas de ducha, accesorios de baño, etc., estén suficientemente seguros como para que no se caigan al tirar un niño. Utilizar cinta aislante para cubrir los cables expuestos o enchufes. También es una buena idea comprobar la temperatura del agua caliente, ya que muchas veces sale directamente a temperatura muy alta.

Una vez que hayáis recapitulado información sobre el destino elegido, recomendamos preparar una lista de posibles actividades que se desarrollan en la zona en la época en que se viaja, teniendo siempre en cuenta las condiciones climáticas según la fecha que sea. Este tipo de cosas se pueden preparar en familia, con el o los niños, dando sugerencias todos para completar las actividades durante las vacaciones familiares.

Viajando con otros adultos con niños, se pueden dividir las responsabilidades en el cuidado de los hijos de ambos, para poder de este modo tener algún rato de independencia por parte de los padres. A la hora de planificar rutas, a pie o en bicicleta, hay que tener en cuenta que el menor de los niños será el que marque el ritmo del grupo en general. Es conveniente elegir una ruta donde el paisaje cambie con frecuencia. Ríos, lagos, sendas con arbustos llamativos, así como reservas naturales de aves rapaces, son buenas opciones de paseo agradable con niños. También es una buena idea combinar con caminatas o paseos otras actividades, como visitar alguna piscina o viajar a algún sitio cercano en tren.

Si durante vuestro paseo, a pie o en bici, lleváis niños pequeños en mochilas adaptadas o en asientos especiales para niños en las bicicletas, hay que tener en cuenta que deben ir suficientemente protegidos para el calor o para el frío de la zona, ya que en algunos casos no podréis vigilarles siempre y debéis aseguraros de que la ropa y las medidas de seguridad que requieran sean las adecuadas.

Además de tomar fotografías, hay un montón de maneras de ayudar a los niños para preservar los recuerdos de su viaje. Por ejemplo, comprando una tarjeta postal de cada destino y ayudarles a escribir en la parte posterior el lugar, la fecha y la hora de la visita, o comprando algún souvenir que puedan coleccionar (bolas de cristal, pisapapeles, animalitos…) en los distintos lugares que van conociendo a lo largo de su vida.

Si los pequeños ya tienen un diario en su casa, conviene animarlos a escribir en él sobre estas experiencias en los viajes familiares, o incluso llevar consigo el mismo para pedir autógrafos o dedicatorias de personas que conozcan durante la estancia vacacional. También les hará mucha ilusión recoger mapas pequeños donde puedan señalar los sitios donde han viajado. Los juguetes típicos del lugar visitado también son parte de la cultura y algo que pudiera ilusionar especialmente a los más pequeños.

vacaciones en familia, la mejor manera de viajar con niños
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