Generalmente, a la hora de enfrentarnos a un viaje con niños a la playa, solemos llevar el coche cargado hasta el límite que nos marcan las normas de seguridad e incluso superándolo en algunos casos. Este es un problema muy habitual en muchas familias españolas a la hora de iniciar unas vacaciones con niños en la playa, por eso en estos casos es fundamental la organización y la previsión.
Seguro que no quieres verte dando la vuelta a mitad de camino, o lo que es peor una vez hayas llegado al destino, para volver a casa a buscar el protector solar, los juguetes de playa o los bañadores de los niños. A continuación, te damos unos sencillos consejos para aguantar una larga jornada de playa con tus hijos sin preocuparte de haberte dejado algo indispensable en casa.
+ Viajar con bebés. Si este es tu caso, es muy sencillo. Acostumbrado a hacer una maleta cada vez que sales de casa, el hábito ya está adquirido. La única diferencia es, que en este caso tendrás que añadir ciertos complementos como pañales de agua, bañador, crema hidratante, un par de mudas de cambio, además de pañales normales, polvos de talco, biberones… No te olvides de llevar una bolsa de plástico para poder tirar los pañales usados.
+ Crema solar. Un producto indispensable para todas las personas, pero sobre todo si viajas con niños a la playa. Debemos tener en cuenta la edad de los niños a la hora de elegir la crema solar adecuada. Las cremas solares para bebés y niños o lociones de protección solar fabricadas especialmente para lactantes, bebés o niños pequeños contienen las mismas sustancias protectoras que se usan para los adultos, pero la diferencia es que no están perfumadas y su base de formulación es más suave. El factor de protección solar más efectivo para los bebés y los niños debe situarse entre 30 y 50. En el caso de los niños lo más adecuado es elegir cremas y leches ya que contienen agentes hidratantes en su composición. Las cremas destinadas a partes específicas del cuerpo, como la cara, también son recomendables, especialmente en niños más mayores, que son quienes pasan más horas jugando al sol y bañándose en el agua.
+ Ropa de cambio. Las prisas y la emoción de ir a la playa a veces pueden hacer que se nos olvide algo tan fundamental como ropa de cambio para después de la playa. Los adultos tal vez con un par de bañitos para refrescarnos y tumbarnos en la toalla cumplimos nuestras expectativas en la playa. Pero los peques son diferentes, no paran de jugar, se revuelcan y entierran por la arena, por eso no debemos olvidar llevar ropa para cambiarnos una vez salgamos de la playa. Quizás nos apetezca cenar en un bar del paseo, o simplemente para no hacer el camino de vuelta a casa incómodo por el salitre y la arena que no hemos conseguido quitarnos en las duchas de la playa.
+ Toallas y sombrillas. La sombrilla es el mejor protector solar junto con la crema y la mejor forma de prevenir una insolación, fundamental a la hora de viajar con niños. Debemos evitar estar al sol en las horas centrales del día, y la sombra de la sombrilla, es el sitio perfecto para descansar entre chapuzón y chapuzón. En cuanto a las toallas, es aconsejable llevar siempre un par de ellas extra para secarse y así no tener que colocar la toalla mojada en la arena.
+ Juguetes e hinchables. A parte de los clásicos cubos y palas para jugar en la arena no es necesario que los niños se lleven todo un arsenal de juguetes a la playa. Es conveniente hablar con ellos y que decidan cual es el juguete que quieren llevar cada día y no llevar todos los juguetes todos los días. Otro elemento indispensable en nuestra maleta debe de ser un soporte de flotabilidad. Manguitos, flotadores, chalecos hinchables son alguna de las opciones para unas vacaciones con niños en la playa. Estos elementos deben mantenerse puestos siempre que los niños estén jugando cerca de la orilla, pero aunque los lleven puestos nunca debemos de quitarles los ojos de encima.
+ Botiquín, comida y bebidas. Es importante llevar comidas ligeras, fáciles de preparar y transportar. Por eso lo más adecuado son piezas de fruta y sándwiches que puedes preparar en un momento antes de salir de casa. En cuanto a las bebidas, lo más recomendable es siempre agua fresquita, ya que los zumos o los refrescos suelen llevar azúcar y es posible que den más sed a los niños. El botiquín de tus vacaciones en familia debe cubrir al menos lo básico. No hace falta traérselo todo a la playa, lo puedes dejar en el coche. Algunas de las cosas que no pueden faltar son tiritas resistentes al agua, gasas y antisépticos, un anti-mosquitos específico para niños y bebés y algún medicamento analgésico.
Desde Viajacontufamilia esperamos que estos consejos te sirvan para disfrutar al máximo de tus viajes en familia a la playa durante el verano. No olvides que, aunque viajar con niños nos pueda suponer un montón de dolores de cabeza antes y durante el viaje, es una de las mejores experiencias de las que podrás disfrutar en tu vida.
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